Historia
Hasta día de hoy, las técnicas moleculares de identificación forense han sufrido una gran evolución desde los años 80, década en la que empezaron a desarrollarse sistemas de identificación basados en el estudio del DNA. En 1980 se empezó a demostrar que nuestro DNA presentaba variabilidad en ciertas regiones del genoma por diferencias en la secuencia de nucleótidos ya fueran por substituciones de éstos o bien por diferencias en la longitud de secuencias repetitivas. Cuando se conoció la localización de estas regiones hipervariables se comenzaron a desarrollar metodologías que las pusieran de manifiesto.